En España, encontrar un casa por un precio asequible (ya sea alquilada o comprada) es una utopía. El precio por metro cuadrado en Madrid capital asciende a 14 euros, por los 16 de Barcelona, dejando un panorama en el que los inquilinos se enfrentan a la posibilidad de pagar dinerales por zulos y casas sin ventana, en medio de una tendencia sin atisbos de cambio en el futuro próximo. Si existe un país en el mundo que en el sector inmobiliario es lo opuesto, ese es Japón, donde el propio Gobierno regala más de ocho millones de casas abandonadas, y vende algunas por precios irrisorios.
